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Niños con TDAH

Cada vez más está de moda hablar del TDAH o Trastorno de Déficit de Atención Con o Sin Hiperactividad.


Empecemos hablando de la Atención. Este concepto es mucho mas complejo de lo que puede parecer a simple vista. Si lo pensamos bien, la atención es NECESARIA para poder llevar a cabo cualquier actividad mental. La atención funciona como un filtro que permite pasar la información relevante y desecha la información no relevante en ese momento. Por ejemplo cuando estoy leyendo un libro, mi atención está centrada en el texto pero hay otras muchas informaciones que llegan a mi cerebro, la temperatura, un perro que ladra a lo lejos o la posición que he adoptado en el sofá. Todas estas informaciones son consideradas como irrelevantes y mi atención las filtra “para que no me molesten”. Imaginad lo que sucedería si mi cerebro tuviera que gestionar todas las informaciones irrelevantes que le llegan, la conversación de alguien con quien me cruzo por la calle, el color del coche que acaba de pasar…


Por otro lado, debemos tener en cuenta que existen diferentes tipos de atención. Podemos hablar de atención focalizada cuando nuestro foco atencional se centra en un objeto concreto, resistiendo a la distraibilidad. Hablamos de atención sostenida cuando nos referimos a mantener la atención durante un periodo de tiempo sobre un estímulo concreto. Atención selectiva es la capacidad de mantener la atención sobre una tarea a pesar de que existan distractores que compiten por nuestra atención. Atención alternante es la que utilizamos para cambiar nuestro foco atencional de un estímulo a otro cuando así lo precisamos, y atención dividida cuando debemos atender a varios focos al mismo tiempo.


Para llevar a cabo una correcta evaluación de la atención es preciso realizar una evaluación completa de las funciones, ya que la atención no funciona por independiente, sino que está relacionada con la memoria, la producción de lenguaje, la velocidad de procesamiento de la información… Por lo tanto una correcta evaluación va a incluir una entrevista a padres y profesores, observación y pruebas y cuestionarios estandarizados que incluirán pruebas de inteligencia general, lenguaje, aptitudes académicas (lectura, escritura entre otras), memoria, comportamiento, específicas de atención y todas aquellas que el profesional estime oportunas.

Sin esta evaluación, NO podremos establecer una rutina adecuada de trabajo.


¿Qué es realmente el TDAH?


Para clasificar un TDAH seguimos los criterios que aparecen en la tabla. Estos criterios han sido elaborados por la APA, (Asociación Americana de Psicología) y son los que todos los profesionales tenemos en cuenta a la hora de diagnosticar este u otro trastorno.

Como podemos ver en la tabla, estos síntomas deben persistir durante mas de 6 meses, no es algo puntual. El diagnóstico de TDAH puede tener un predominio de Inatención, un predominio de Hiperactividad, o combinado, en función de cuáles sean los síntomas predominantes.


NO todos los niños diagnosticados de TDAH necesitan medicación, aunque a muchos de ellos les ayuda. Dependiendo del niño, se va a administrar una medicación que va a facilitar la atención y a evitar la distraibilidad. O en los casos con predominio de Hiperactividad, va a hacer que la “actividad” del niño disminuya.

En ambos casos, la medicación que se administra NO es para que el niño esté mas “quieto”, sino para facilitarle la atención y el aprendizaje. La medicación debe ser recetada por el neurólogo o psiquiatra y deberá explicar con claridad los objetivos de la medicación y los posibles efectos adversos.


Se estima que un 3% de la población general presenta TDAH y los factores genéticos explican alrededor del 80% de los casos. Este trastorno suele persistir en la edad adulta, aunque sus manifestación suelen ser controladas conscientemente por el sujeto.


A la hora de trabajar la atención, ésta no se puede trabajar de manera aislada, ya que cómo hemos visto antes, la atención está relacionada íntimamente con otras funciones cognitivas. Pongamos un ejemplo de esta relación. Imaginamos que tenemos que memorizar la tabla del 2. Pues bien, en esta tarea interviene la memoria, por supuesto, pero también interviene la atención e incluso el lenguaje. Si no somos capaces de mantener nuestra atención en la tabla del 2, si me distraigo con la televisión que suena en el salón, o con lo que me pica la etiqueta del pantalón, dificilmente voy a conseguir memorizarla.

A pesar de que la atención no puede ser trabajada de manera aislada, una evaluación adecuada nos va a indicar en que aspectos presenta mayor dificultad, y también en que aspectos presenta mas facilidad.

Esto es importante ya que podremos apoyarnos en éstos últimos como estrategias de facilitación. Un ejemplo, si nuestro niño presenta mayores dificultades en atención dividida, atender a varias cosas a la vez. Pero no presenta dificultades en atención sostenida, podemos facilitarle la tarea dividiéndola, primero nos centraremos en una de las tareas y cuando finalicemos ésta, pasaremos a la siguiente.


Pero no penséis que sólo podemos trabajar la atención en niños que presentan TDAH, ni mucho menos. Como os he comentado al principio, la atención es un continuo y puede haber niños que presenten dificultades en atención a pesar de no tener el diagnóstico, simplemente se distraen mas de lo normal o son mas movidos de lo normal.

En estos casos también podemos trabajar con ellos y mejorar los procesos atencionales y funciones ejecutivas.

Se que este tema es especialmente interesante para los papas con niños en edad escolar… Si os interesa puedo colgar material para que vosotros mismos y desde casa podáis contribuir a mejorar estas capacidades en vuestros niños. Y si lo creeis oportuno, preguntad a un profesional.

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